segunda-feira, 18 de junho de 2012

¡¿Patria amada?!

Oíd mortales el grito sagrado.
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
Laureles, cadenas y….
¿Qué sé yo? No me acuerdo del himno de mi patria natal y…
¿Qué diferencia hace? Ella ni sabe que existo.
Me secuestraron cuando era niña. Digo secuestro, pues salí de mi país a la fuerza,  me arrancaron mi familia, mi casa, mi perro, mi escuela,  mis costumbres, mi idioma…
En aquel momento perdí todo lo que conocía como verdadero y lindo.
Tenía apenas siete años de edad, una cobardía.
¿Tú? Que estás  leyendo este testimonio probablemente no eras nacido, quizá tus padres ni se conociesen.
Hasta hoy me acuerdo del sufrimiento, pero no lo quiero revivir escribiéndolo con detalles.
Desembarcamos en Brasil, más específicamente en el Puerto de Santos, en São Paulo. Después de tres días, entre mareos intercalados con vómitos, en un maldito barco, que más parecía un bote. Al pisar en tierra, oigo pero no entiendo lo que hablan.
Aun en el puerto, ¡Gran sorpresa! ¡Un ser humano negro! Lo miré de tal manera que él se reía y yo con el “culo a dos manos”. Esta expresión se la dedico a mi amada tía Quique, que ya no se encuentra en este planeta, y que tenía la boca tan sucia cuanto la mía.
Volviendo al tema del desembarque, ¿Qué era eso? ¿Dónde se había quemado de aquella manera aquel hombre? ¿Qué pelo era ése? El tipo cagado de risa y yo cagada de miedo. Pueden reírse, no hay problema, pero me gustaría ver que harían en mi situación.
No sé cuánto tiempo demoré para aceptar la situación, adaptarme a todos los cambios y sentirme parte de mi nueva vivienda. Siempre soñé que un día volvería a mi gente, a mi país, donde no era vista como un bicho raro.
Claro que para los brasileños yo era un bicho raro, me vestía diferente de ellos, hablaba otro idioma y por encima era gordita. No me faltaba nada, fui por muchos años motivo de chistes y risas. ¡Cómo dolía!
Los años fueron pasando, aprendí a hablar correctamente, adelgacé y me vestía como todos. Todo iba muy bien, desde que no saliese con mis padres, pues más que de pronto delataban que no éramos brasileños.
Bueno eso todo es pasado.
 ¿Dónde está ahora mi familia argentina?  Aquellos que tienen la misma sangre porteña corriendo en las venas. Hablo de los Grispini por parte de mi madre y de los Moreira por parte de mi padre.
Si existo de verdad, es para cinco o seis, pero ellos tienen sus vidas, sus problemas, sus familias y están muy atareados. 
¡Qué raros son los rumos que la vida toma! El mundo es redondo y seguro que da muchas vueltas.
Todo pasa! Puede demorar, pero un día uno se despierta y no existe más el dolor.


Hoje? Digo com muito orgulho: Sou brasileira.
Brasileira por opção, agora sou um bicho estranho lá, por aquelas bandas do Rio da Prata. Os portenhos não me reconhecem e nem eu a eles.
Que são sete anos para quem tem cinquenta e cinco?
Dei ao Brasil três filhos lindos e maravilhosos.
Tenho irmãos, irmãs, isso sem falar nos filhos e filhas que não são de sangue, mas são do coração.
Nunca fui muito comunicativa e sim tímida, creio que foram as cicatrizes que ficaram da infância.
Buenos Aires até os sete anos, São Paulo até os nove, depois Urca no Rio de Janeiro, com dezesseis fomos morar em um sitio na Parada Modelo, e aos dezoito anos finalmente Teresópolis.
 Papai não era de ficar por muito tempo em um lugar, isso não me facilitava em nada, quando estava criando raízes em um lugar, fazendo amizades, ele partia para outro.
Poucos são os amigos e amigas, mas aqueles que realmente me conhecem sabem que sou verdadeira e que da Argentina sobrou-me a intensidade das minhas paixões.
Para quê todo este bla,bla,bla?
Com certeza não é para dizer que meu português é ruim, pois isto vocês já perceberam.
É só para declarar o meu eterno amor e gratidão a este país, verde, amarelo, azul e branco, com todos os seus contrastes e belezas.
Obrigada aos que me receberam e recebem de braços abertos como sua semelhante.
Obrigada irmãs, irmãos, filhos, filhas, amigos e amigas, sem vocês eu não seria ninguém.
Valeu! Vale! Valerá!
Só mais uma coisinha, o Hino Brasileiro eu sei de cor.
Pátria amada Brasil!

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