terça-feira, 29 de maio de 2012

Me gustaría saber si alguien me entiende?

¿Veinticuatro horas?

– ¿Cuántas horas tiene un día?
Escuché alguien decir veinticuatro horas.
 ¡No! ¡Eso es mentira!
No se puede afirmar con seguranza cuantas horas tiene un día, cuantos minutos tiene una hora  o cuantos segundos tiene un minuto.
 ¡No!  Nada es verdad, son sólo convenciones que existen para controlar.
Se me mezclan las ideas en un segundo,  tengo inúmeros sueños por minuto, puedo ir y volver a tantos lugares en una hora.
– ¿Y en un día? 
– ¿Qué sé yo?
En un día puedo…
…vivir intensamente o dejarme morir lentamente.
… estar alegre, feliz o triste.
… estar a camino de la cumbre de una montaña.
… rastrear, caminar o quien sabe volar.
… intentar creer en las personas más una vez.
… darme cuenta de que no vale la pena, el hombre está perdido.
… sentir el dolor de las mentiras.
…darme cuenta de que todo pasa de una ilusión.
… sentirme enferma o curada.
¡Mentiras! ¿Verdades? ¡Mentiras! ¿Verdades? ¡Mentiras!
Palabras, palabras, palabras…
 –Alguien pregunta, ¿qué son las palabras?
–Eso depende, respondo yo.
– ¿Depende de qué?
– Una única palabra puede tener muchos significados.
– ¿Cómo así? No entiendo.
–Eres lentito, medio lerdito. ¡Usa el cerebro amigo mío!
Todo depende…
… de cómo es dicho.
… de quien lo dice.
… de cómo lo dice.
… del tono de voz que usa para decirlo.
… si te lo dice mirando en tus ojos.
… si lo dice en un e-mail.
…si te lo dice a través de una carta convencional.
… etc.
Pero si la mentira es su habitué, no sirve.
Hay personas que son de mentira y ni se dan cuenta.
Piensa lo que puedas, di lo que quieras, haz lo que se te ocurra.
Todo en esta vida depende.
– ¿Depende de qué?
– ¡Pero despiértate! ¿Cuál es tu edad mental? ¿En qué año vivís? ¿Eres de este planeta?
 No eres real y te cuento un secreto: yo tampoco.
Mis ideas no baten con las de una persona dicha como normal.
– ¿Qué es ser normal?
–Pareces un niño que no se cansa nunca de hacer preguntas, que quiere saber todo, entender todo.
 Yo también soy un niño, pues no encuentro las respuestas, no sé nada, no entiendo nada.
En este momento se me ocurre que no hay verdad ni existe la mentira.
¿Qué importa cuántas horas tiene un día?
¿Cuántos años tiene una década o un siglo?
Nada importa, nada es importante, ya que todo pasa, todo es finito.
¿Loco yo? ¡No me hagas reír! Sólo ahora te das cuenta.
 Te dije que eras lerdo, lentito, pero no te preocupes, tú eres mentalmente sano y yo el loquito.
Me encanta ese rótulo de “loquito”, me escondo detrás de él, ya que soy mentalmente insano y digo lo que se me canta.
Chiflado creo que aún no soy. ¿Quién sabe un día?
– ¿Pero un día de cuántas horas?
 –Las que tú quieras desde que las vivas plenamente.

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